Pastor aún no ha recibido la carta de Puigdemont: «Sólo sabemos lo que vemos en prensa»
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, no ha recibido aún la carta de Carles Puigdemont en la que solicita celebrar un «debate» en la Cámara Baja sobre el referéndum ilegal que pretende convocar el 1 de octubre. Fuentes próximas a la presidencia explican que la carta aún no ha entrado en el Registro del Congreso y, hasta ese momento, no es posible dar más pasos. «Lo único que sabemos es lo que se ha visto en la prensa», alegan.
La carta fue enviada el viernes. En ella, Puigdemont expresa su convicción de que «un debate de esta trascendencia es necesario y se ajusta a lo que los ciudadanos esperan de sus instituciones de representación» y se pone a disposición de Pastor para que «se pueda celebrar lo más pronto posible».
Una vez recibida la carta, Pastor encargará previsiblemente un informe a los servicios jurídicos de la Cámara para que valoren la fórmula en la que puede celebrarse esa comparecencia. Las mismas fuentes admiten que existen dificultades para darle un encaje reglamentario, al no estar recogido en las normas internas de la Cámara.
La misiva de Puigdemont es la respuesta a la propuesta del Gobierno para que el presidente catalán defienda en la Cámara su hoja de ruta ilegal, tras lo cual se procedería a una votación. Puigdemont ha rechazado abiertamente esta condición, aunque en la carta no se menciona explícitamente. En fuentes ‘populares’ se critica que la misiva resulte «deliberadamente ambigua», por lo que no descartan que, una vez recibida la carta «formalmente», sea necesario remitir otra para que el dirigente catalán aclare su propuesta de formato.
El reglamento del Congreso solo permite una comparecencia de este tipo cuando se trata de una proposición de ley de un Parlamento autonómico o una reforma del Estatuto. Aunque cabrían otras fórmulas, como una comparecencia en Comisión, tras la que también se votaría.
En cualquier caso, desde el Gobierno se descarta que sea Puigdemont el que fije el formato. En su respuesta, inmediata y rotunda tras conocerse esta carta, Moncloa destacó la «rectificación» del presidente catalán, que hasta entonces se había negado acudir al Congreso. Primero, porque se negaba a que se votase y, más tarde, porque quería fijar antes la fecha y pregunta del hipotético referéndum ilegal. El Ejecutivo le reclama que no ponga «obstáculos» a la votación y le avisa de que es «la forma en que los legítimos representantes de la soberanía nacional expresan su posición política sobre los asuntos que afectan al conjunto del pueblo español».
En la carta, Puigdemont alega que le parece «importante que todos los diputados del Congreso puedan escuchar, en tanto que máximo responsable institucional de Cataluña, las razones por las cuales hemos llegado hasta aquí».
La Generalitat trata de evitar lo que, a sabiendas, es un debate condenado al fracaso. En el recuerdo están votaciones como la del Plan Ibarretxe,. «Aspiraciones legítimas y mayoritarias siempre han sido rechazadas, recortadas o incumplidas, ya sea en la Cámara que usted preside o en el seno del Gobierno. No parece razonable volver a formular propuestas que están destinadas a correr la misma suerte», dice en la carta.